En estas Fiestas; Nacimiento de Cristo, ó Dia de Navidad, la Epifanía, S. Matias, Día de Pascua, Día de la Ascensión, Pentecostes, S. Juan Bautista, Santiago, S. Bartolomé, S. Matéo, S. Simon, y S. Judas, S. Andrés, y en Domingo de la Trinidad, será cantada ó rezada en la Oración Matutina, en lugar del Credo de los Apóstoles, esta Confesión de nuestra Fe Cristiana, comunmente llamada el Credo de San Atanasio, por el Ministro y el Pueblo, estando de pie.
Quicunque vult.
Todo el que quiera ser salvo, necesita ante todas las cosas profesar la Fe Católica.
Y el que no la guardare íntegra y pura : perecerá sin duda eternamente.
Es pues, la Fe Católica : que veneremos un Dios en Trinidad, y una Trinidad en la Unidad; No confundiendo las personas : ni dividiendo la esencia.
Porque una es la persona del Padre, otra la persona del Hijo : otra la del Espíritu Santo.
Más del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, una es la divinidad : igual la gloria, coeterna la majestad.
Cual es el Padre, tal el Hijo : y tal el Espíritu Santo.
Increado es el Padre, increado el Hijo : increado el Espíritu Santo.
Inmenso el Padre, inmenso el Hijo : inmenso el Espíritu Santo.
Eterno el Padre, eterno el Hijo : eterno el Espíritu Santo.
Y sin embargo, no son tres eternos : sino un solo eterno.
Como no son tres increados, ni tres inmensos : sino un solo increado y un solo inmenso.
Del mismo modo, omnipotente es el Padre, omnipotente el Hijo : omnipotente el Espíritu Santo.
Y sin embargo, no son tres omnipotentes : sino un solo omnipotente.
De la misma manera, Dios es el Padre, Dios es el Hijo : Dios es el Espíritu Santo.
Y sin embargo, no son tres Dioses : sino un solo Dios.
Así también, Señor es el Padre, Señor el Hijo : Señor el Espíritu Santo.
Y sin embargo, no son tres Señores : sino un solo Señor.
Porque así como la verdad cristiana nos obliga a confesar : que cada una de las personas separadamente es Dios y Señor;
así la Religión Católica nos prohibe decir : que son tres Dioses o Señores.
El Padre por nadie es hecho : ni creado, ni engendrado.
El Hijo es de solo el Padre : no hecho, ni creado, sino engendrado.
El Espíritu Santo es del Padre y del Hijo : no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.
Un Padre pues, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos : un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
Y en esta Trinidad nada hay primero ni postrero : ninguno es mayor que el otro.
Sino que las tres Personas son entre sí : coeternas e iguales.
De manera que en todo (como queda dicho) : se ha de venerar la Unidad en la Trinidad, y la Trinidad en la Unidad.
El que quiera, pues, ser salvo : debe pensar así sobre la Trinidad.
Más es necesario para la salud eterna : que crea también fielmente la Encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
Es pues, la fe verdadera, que creamos y confesemos : que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre;
Es Dios de la substancia del Padre, engendrado antes de los siglos : y es Hombre de la substancia de la madre, nacido en el tiempo.
Perfecto Dios, Hombre perfecto : subsistente de alma racional y de carne humana;
Igual al Padre según la divinidad : menor que el Padre según la humanidad.
El cual, aunque sea Dios y Hombre : no es dos, sino un solo Cristo.
Uno, no por conversión de la divinidad en carne : sino por asunción de la humanidad en Dios.
Uno absolutamente, no por confusión de la substancia : sino por unidad de persona.
Pues como el alma racional y la carne es un solo hombre : así Dios y Hombre es un solo Cristo.
El cual padeció por nuestra salud : descendió a los infiernos; y al tercer día resucitó de entre los muertos.
Subió a los cielos; está sentado a la diestra de Dios Padre Omnipotente : de donde ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
A cuya venida todos los hombres resucitarán con sus cuerpos : y han de dar cuenta de sus propias obras.
Y los que hubieren obrado bien, irán a la vida eterna : y los que mal, al fuego eterno.
Esta es la Fe Católica : y quien no la creyere fiel y firmemente, no podrá ser salvo.
Gloria al Padre, al Hijo : y al Espíritu Santo;
Como era en el principio, ahora y siempre : por los siglos de los siglos. Amen.